A LA PEREZA
¡Qué dulce es una cama regalada!
Que necio el que madruga con la aurora
aunque las musas digan que enamora
oir cantar a un ave en la alborada!
¡oh, qué lindo en poltrona dilatada
reposar una hora y otra hora!
Comer, holgar....¡qué vida encantadora,
sin ser de nadie y sin pensar en nada!
¡Salve, oh Pereza!En tu macizo templo
ya, tendido a la larga. me acomodo.
De tus graves alumnos el ejemplo
arrastro. bostezando: y, en tal modo
tu apacible modorra a entrar me empieza,
que no acabo el soneto ... de per...(eza).
Bretón de los Herreros
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