Mantón de manila
que siempre serás engañador y cruel,
y al paso prendiendo vas en tus flecos
un hombre en cada cairel,
y te los llevas detrás como si fueran
muñecos de papel.
El que acaricia el escote
con una caricia honrada,
el que tendido en la grada,
reluce más que el capote
de paseo del espada.
El que parece sufrir,
estremecerse y gritar,
cuando el torero al matar
está a punto de morir.
El que recuerdas al verte
cuando en el baile revuelas,
la novia de Luis Candelas
y el pañuelo de Reverte.
Pabellón de colorines,
reflejos y tornasoles,
espejo de los jardines españoles.
Esplendoroso y risueño
como una iluminación
en una noche de estío,
maravilloso mantón
por una vez,
tú eres mío.
y al paso prendiendo vas en tus flecos
un hombre en cada cairel,
y te los llevas detrás como si fueran
muñecos de papel.
El que acaricia el escote
con una caricia honrada,
el que tendido en la grada,
reluce más que el capote
de paseo del espada.
El que parece sufrir,
estremecerse y gritar,
cuando el torero al matar
está a punto de morir.
El que recuerdas al verte
cuando en el baile revuelas,
la novia de Luis Candelas
y el pañuelo de Reverte.
Pabellón de colorines,
reflejos y tornasoles,
espejo de los jardines españoles.
Esplendoroso y risueño
como una iluminación
en una noche de estío,
maravilloso mantón
por una vez,
tú eres mío.
(Luis Fernandez Ardavín)
¡Preciosa pintura, mira que eres artista!
ResponderEliminarUn beso